jueves, 20 de septiembre de 2007

Viajar



Vuelvo a poner aquí algo que me dijeron y que define muy bien lo que siento en cada viaje:
la felicidad no es un estado sino una forma de viajar.

Cuando se puede, en cada viaje un destino diferente, pero siempre hay algún factor que se repite: la compañia, el vehículo, la ropa, la música... Cuando la economía no lo permite, repetir un destino nunca tiene por que ser pesado; la experiencia i los conocimientos del lugar nos convierten en personas cada vez más selectivas, cada vez sabemos mejor donde vamos y que queremos ver.

A veces hay que usar la razón y no el corazón para afrontar cada momento con suma serenidad, hacer de tripas corazón y crear una balanza para sopesar los pros y contras, normalmente la balanza se decantaria por la parte negativa si la cargamos con remotas posibilidades y contratiempos, por ello hay que ser lo más objetivos posibles y tener desde el primer momento si realmente se quiere ir o no y luego mirar de planearlo sobre la marcha.

Esta vez digo sí, pero a ver si esta vez los contratiempos no calculados hace una semana, mas que nada porque ni me los imaginaba...


1 comentarios:

Anónimo dijo...

mira donde te pillo hombre, un besazo

addio.-